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A veces lo que falta, es lo que puede
desencadenar una pasión.
Cuando era niña en mi casa, no había mucha musica, pero sin embargo
la musica me atrapó. Primero aprendí a tocar el piano, y después
percusión. Toqué diez años como baterista en diferentes bandas y en
una lo he hecho profesionalmente.
Hasta que alrededor de mis veinte años, me encontré con el tango,
no sabia que algo faltada, no sabia que realmente lo que quería
hacer era bailar.
Pero en mi primera clase de Tango sentí que es un regalo muy
grande, tener la posibilidad de hacer esto. Cada paso y todo lo que
aprendí me fascino, fue disfrutar mucho.
Lo que mas me gusto en la musica del tango fueron, sus diferencias
y profundidades rítmicas.
En ese momento no había otra cosa mas importante en mi vida. Para
poder bailar más me mudé de Osnabrück a Hamburgo, y la
percusionista Anne se transformo en una apasionada bailarina de
Tango
Los años siguientes me ocupé intensivamente al tango y aprendí con
diferentes profesores en Alemania y después también en Buenos
Aires.
En la danza del tango aprecio la conexión cercana que tengo con mi
compañero, lo de tener espacio para expresarme y mostrarme, y el
sentimiento que la musica me brinda.
Anne Müller.
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